
Sardinillas en panocha de mi madre

Te sirven de cena, de almuerzo, para día de diario o para día festivo que es como las he usado para celebrar el día de la madre. Estas Sardinillas en panocha de mi madre son una auténtica exquisitez que me transportan a mi infancia. Parece que estoy viendo a mi madre formando las panochas y sacudiéndoles el exceso de harina con esa gracia y estilo que solo ella tenía.
Intentando emular, una vez más, una receta de mi madre, te dejo con ésta ahora que empieza la época de sardinas. Ella, mi madre, solía decir "Los mejores meses para tomar sardina, son los que no tienen la letra R en su nombre" pues haremos caso y las comeremos desde ya. Al final os recomiendo el mejor acompañamiento que hay para estas sardinillas, como lo hacía mi madre siempre en casa.

Siempre que hablo de las recetas de mi madre parece que solo preparo platos con carne y hoy he buscado todas las recetas de ella con pescado y hay unas cuantas, a cual más rica:
- Sopa de merluza con patatas
- Asado de aguja o pez espada
- Bacalaillas rebozadas
- Sopa de rape
- Calamares rellenos en asado
- Albóndigas de bacalao
- Sepia con salsa
- Cazón en adobo
- Ensaladilla de patatas y langostinos
- Cazuela de fideos, pescado y marisco
- Sepia en asado
- Tortilla de gambas
- Sopa de marisco
- Boquerones en vinagre o anchoas

Curiosidades sobre las sardinillas
Ingredientes para la receta de sardinillas en panocha de mi madre:
- 1 kilo de sardinillas
- harina para pescado, para frituras, de todo uso, la que uses normalmente
- sal
- limón
- aceite de oliva virgen extra
Preparación de la receta de las sardinillas en panocha de mi madre:
- NO lavamos las sardinillas, no es recomendable hacerlo ya que pueden contener bacterias patógenas y la limpieza puede contribuir a propagarlas. Lo que sí es muy importante es cocinarlo a altas temperaturas y que no quede crudo para matar estas posibles bacterias.
- Ponemos en una sartén aceite de oliva virgen extra suficiente para que las sardinillas se frían bien.
- Las extendemos en una fuente y les ponemos sal por encima. Sé que no es saludable consumir mucha sal pero este plato es de esos que ganan si "le sale" la sal pero eso ya a vuestro gusto.
- Las pasamos por harina, las unimos por la cola y las pegamos, le damos unos golpecitos sacudiéndolas para quitar el exceso de harina y freímos en abundante aceite de oliva virgen extra.
- Las vamos poniendo sobre papel de cocina en un plato pero lo ideal es ponerlas sobre una rejilla para que no pierdan el crujiente digamos de la fritura.
- Las servimos con limón en rodajas para quien quiera añadirles, aún más ricas así.
- En casa con mis padres siempre las comíamos con una ensalada de pimientos asados.






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