Costillas de cordero con tomate de mi madre
Como el que no quiere la cosa estamos hoy en la receta o post número 900. Para festejar una cifra tan redonda me apetecía hacerlo con un plato que me trajera muchos recuerdos. Estas Costillas de cordero con tomate de mi madre son perfectas para la celebración.
Primero que es una receta que tenía muchas ganas de hacer de las de mi madre, la recuerdo y parece que la estoy saboreando. Toda la cocina, casi toda la casa tenía este aroma tan tan tan rico. Ese día era de fiesta para casa.
Además surgieron sin esperarlo ya que un buen día de este confinamiento tan "especial" del año 2020 decidimos hacerlo más agradable en casa y compramos on line cordero Segureño que ya sabemos que es garantía de éxito. Al organizar y pensar como quería que nos lo sirvieran, pensé chuletas, pierna y costillas, que nos dejen las costillas a parte. En seguida me vino este plato y no podía esperar más para prepararlo.
Espero que a vosotros os guste tanto como a toda mi familia.
Por cierto, mi madre siempre dejaba sus guisos "en el aceite" no le gustaban las salsas con un exceso de vino o de agua. Si veis bien la foto sale el aceite por el borde, lo conseguí, lo dejé en el aceite como a ella le gustaba.
Raciones: 4
Tiempo: 1 hora
Dificultad: Fácil
Ingredientes:
- 1 costillar de cordero lechal
- 2 cebollas medianas
- 6 dientes de ajos
- 250 gr de tomate frito a ser posible casero
- 50 gr de aceite de oliva virgen extra
- 200 gr de vino blanco de buena calidad
- sal y pimienta negra recién molida o en grano
Preparación de las Costillas de cordero con tomate de mi madre:
- Cortamos las costillas del costillar de una en una. El trozo de carne que viene sin hueso también lo cortamos en trozos pequeños.
- Ponemos en una sartén el aceite a calentar.
- Cuando comienza a estar caliente pero sin echar humo, vertemos la carne para que se vaya dorando y sellando. De esta manera no pierde los jugos.
- Mientras vamos cortando la cebolla en juliana y el ajo en trocitos pequeños. Reservamos.
- Al ver la carne marroncilla por algunos sitios, la vamos reservando en una fuente.
- En ese aceite ponemos la cebolla cortada en juliana, le ponemos una pizca de sal para que sude y se haga antes. Haremos todo el proceso en fuego medio alto para que se caramelice un poco. Añadimos los ajos cortados en trozos pequeños cuando la cebolla cambie de color para que se haga todo junto.
- Cuando la cebolla ya está dorada, añadimos la carne reservada y todos los jugos. Ponemos sal y pimienta.
- Mezclamos todo lo anterior que se integren sabores y vertemos el vino blanco. Primero lo dejamos a fuego fuerte para que evapore el alcohol y luego a fuego medio.
- A la mitad de la cocción, que la salsa esté aún con restos de vino, echamos el tomate frito casero y bajamos el fuego al mínimo para que todos los sabores se integren y queden las costillas muy tiernas y con todo el sabor.
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Las recetas de las madres son las mejores
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Mi madre hace lo mismo, siempre deja los cercos con aceite en la comida y en el plato. A mi no me gusta nada ese exceso de grasa! 🤦♀️ Pero he de reconocer que aún así está bueno. 😅
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